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“La región debe prevenirse de movimientos destituyentes que apelan a la legalidad institucional pero que tienen el objetivo de derrocar a un gobierno democráticamente elegido.”

FEDUBA entrevistó a Pedro Brieger, periodista, analista de política internacional y sociólogo, titular de la cátedra de Medio Oriente, en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Desde el 2005 conduce el programa “Visión 7 Internacional” por la Televisión Pública.

FEDUBA: ¿Podemos hablar de golpe en Paraguay? ¿Por qué?

Pedro Brieger: Se ha dado un golpe parlamentario, destituyen al presidente utilizando un mecanismo legal que está en la Constitución paraguaya. Pero hay que tomar en cuenta el contexto en el cual se da esta destitución, y que tiene que ver con múltiples intentos de juicio político ya en el pasado, al presidente Fernando Lugo, y la intención verbalizada por muchos senadores y diputados paraguayos desde que asumió Lugo, de sacarlo del cargo, de echarlo, de expulsarlo directamente del cargo. Es verdad que este no es un golpe de Estado al estilo “tradicional”, esto es de la década del 40; del 50; del 60; del 70 e incluso de principios de los 80 en América Latina, donde eran los militares quienes desalojaban a un presidente electo, cerraban el parlamento y eran las fuerzas armadas las que asumían el poder absoluto o semi absoluto del Estado. Estos son golpes diferentes que tratan de mantener una pátina de legalidad muy importante para, justamente, justificar tanto a nivel interno como externo que lo que sucedió en el país no es una ruptura institucional sino que hay toda una continuidad. En este sentido, es muy similar a lo que pasó con Zelaya en Honduras.

F: ¿Qué relación se puede establecer entre lo acontecido en Paraguay y lo sucedido en Honduras en el 2009; en Venezuela en el 2002; y en Bolivia en el 2006?

P.B.: Cada caso es diferente, pero creo que el caso de Venezuela está marcado por los militares que directamente secuestran al presidente Hugo Chávez y se lo llevan a una base militar. Y no se trata de mantener una legalidad al extremo aunque sí dicen, para justificar lo acontecido, que hay una carta de renuncia del presidente Chavez, algo que también se trató de utilizar en Honduras: decían que había una carta de renuncia de Manuel Zelaya. Esto era para darle también una cierta justificación porque los que destituyeron a Chávez, a Zelaya, a Lugo son conscientes de la época en la cual nosotros estamos viviendo y de que hoy no es tan sencillo que América Latina acepte destituciones de presidentes.

F: ¿Cómo evalúa la actitud del Mercosur y el Unasur respecto a esta situación?

P.B.: Muy rápido y muy positiva, tratando de mantener la legalidad, lo que pasa es que esto no depende de lo que pueda decir Mercosur y Unasur, sino que depende de lo que suceda dentro de Paraguay y también, como en el caso de Honduras, la mayoría de las instituciones del Estado apoyan la destitución del presidente.

F: ¿De qué y cómo debe prevenirse la región?

P.B.: Es imposible responder a la pregunta de cómo debe prevenir. De qué debe prevenirse, de movimientos destituyentes que apelan a la legalidad institucional pero que en el fondo tienen el objetivo de derrocar a un gobierno democráticamente elegido.

F: ¿Se le dio públicamente la importancia que amerita este suceso ocurrido en Paraguay?

P.B.: Yo creo que sí, en la Argentina tuvo una repercusión mediática muy fuerte, el Senado argentino se manifestó al respecto, justo coincidía con reuniones de Unasur, de Mercosur, entonces se le está dando un espacio central ya que estas reuniones tienen como eje el tema Paraguay.

 

Entrevista realizada por Alelí Jait para FEDUBA.