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#8M «No cejaremos en la procura de derechos igualitarios»

Después del #8M seguimos reflexionando!

Desde los distintos claustros venimos militando para incorporar contenido de género en los planes estudios. Dora Barrancos, en el #UBAFEM, definió al conocimiento como «la gran cantera de reserva del patriarcado» y señaló la necesidad de implementar el convenio 190 de OIT en las universidades.

Muchísimas gracias a todas, a todos a todes. Le pido muchas disculpas a Sandra pero yo, tengo un superyó que ya no está dentro de mí y que entonces es muy tiránico. El patriarcado se va a caer, ya voy a estar en esa situación.

Esta es la casa y acá hace muchos años comenzó un notable programa y que luego terminó constituyéndose en instituto y que yo tuve la gracia enorme de ser la primera directora del instituto interdisciplinario de estudios de género. Tenemos una larga lucha común, acá hay caras, rostros que conocemos desde hace mucho tiempo y felizmente hay muchísimas caras que conocemos desde hace mucho menos tiempo. Eso es maravilloso. Es extraordinario porque cuando las viejas feministas nos íbamos reconociendo, cada oportunidad de reconocernos era machacar sobre lo mismo y vemos que ahora felizmente ustedes saben que la cantera más consistente del patriarcado es el conocimiento académico y científico. Esa es la cantera del patriarcado. Cuando nos preguntan: ¿Cuál es? No son los institutos tremendos, los dispositivos institucionales de la violencia como pueden ser Ministerios de Defensa y esas cuestiones que ya sabemos su proterva relación con mundos más estancados. En realidad no hay mucha diferencia, cuando por ejemplo todavía se asiste a que algún colega profesor tenga alguna vacilación respecto que este diferencial jerarquizado de personas en un sexo género, en realidad sea el ángulo más proverbial, el cóncavo más resistente para liquidar los otros sistemas diferenciales, injuriosos de nuestra sociedad. Decirles que efectivamente nuestra Universidad de Buenos Aires, acá tenemos a Sandra, que es copartícipe necesaria, porque además Sandra es egresada de la universidad. Entonces hoy votó tres veces ¿no? Porque en realidad tenemos lazos colindantes con todas las universidades y estoy segura que aquí hay no solamente la representación de todos los claustros y estoy absolutamente segura que el claustro que corresponde a nuestro personal administrativo es el claustro minusválido de nuestras casas de estudio. Necesitamos efectivamente que haya una necesaria urgente reforma. Consagrar la más auténtica equidad de todas las partes. Y finalmente decirles que sí, que estamos muy soñadoras últimamente. Este no es apenas, es un cambio de época, no es una época de cambios. Estoy completamente segura que lo que más se está instruyendo en los hogares, son las voces, las preguntas inquietantes de niñas, niños y niñes que tienen entre 8, 9, 10 y 11 años de edad. Esto es una conjetura que tiene un fuerte asidero, habiendo un reverbero tan extraordinario. Es tal el cimbronazo de los género en nuestra sociedad que efectivamente a lxs más jóvenes le sale de corrido el lenguaje inclusivo. A les más jóvenes, no hay ninguna dificultad de articulación, ustedes habrán visto a algunas jóvenes en el sistema de enseñanza media de nuestra ciudad. En fin, lo que necesitamos es una gran revolución. No basta solo con la Ley Micaela. Acá Mariana recordó muy bien el compromiso que tiene la Argentina con el convenio 190, por las dudas les quiero decir que es un convenio fundamental que tiene que articular toda la malla del mercado laboral, y la universidad es un tremendo mercado laboral donde se infringen completamente los derechos de las mujeres y de les disidencias. Porque efectivamente hace de cuenta que hay un universal tan patético como es el universal patriarcal. El universal patriarcal es un universal patético porque se lleva por delante justamente lo que es diverso, lo que está forzado a no ser igual, por la autorización tan tremenda del patriarcado bajo cualquier fórmula. Insisto en decir que el conocimiento es la gran cantera de reserva del patriarcado. Tenemos que, obviamente poner la Ley Micaela pero poner una nueva malla curricular en nuestra universidad. Es indispensable. Ustedes saben que se ha incorporado en derecho muchas materias que tienen que ver con género, en materia de especialidad pero no está en la malla curricular y nosotras, nosotres sabemos muy bien que la mayor articulación que tenemos es el posgrado, pero no es todavía el grado. En el grado hay una visita relativamente poco frecuente de estos temas. En posgrado obviamente es el lugar donde más se ha podido extender dada la plasticidad que presenta cualquier ambiente de posgrado en nuestras universidades. Pero necesitamos corroer la malla curricular. Necesitamos evidentemente hacer caer al patriarcado ahí donde todavía se enseña biología con una fuerte, yo diría iniciativa esencialista que es la misma del siglo XIX. Es como si la biología, saben que lo digo a menudo, la biología no sabe que se llama biología, aprendanlo de una vez. La naturaleza no sabe que se llama naturaleza. La naturaleza no tiene ninguna moral convencional acerca obviamente de las identidades tan en arcoiris extraordinaria de hoy día. La verdad es que la cultura, cada vez más la cultura se mete en la naturaleza y es bueno que eso ocurra en la malla curricular. Además, la tengo acá a Sandra al lado y no puedo dejar de volver a pensar lo que alguna vez presentamos a propósito de la Ley Micaela en su casa, en la UNA. El arte, no nos hagamos ninguna ilusión, el arte tiene la misoginia vertebral de toda y cualquiera de esas iniciativas que pueden proyectarse socialmente. El arte lo mismo, y con esto voy a cerrar, a menudo pensamos que las humanidades han sido más amigables para las mujeres. Qué ridícula cosa. Miren la verdad que en el siglo XIX, por ahí una bióloga era más aceptada que una historiadora. Pensemos lo que ha sido la filosofía. Desde luego es probable que en materia de educación hubiera alguna amigabilidad no más que de la sagrada maestra, un indicativo fuerte, en fin. Pero decirles que no cejaremos en la procura de derechos igualitarios. No cejaremos hasta que la malla curricular no cambie. No cejaremos hasta que el mundo universitario sea un mundo verdaderamente democrático. Un mundo en donde quien sabe, cumpla lo que alguna vez Virginia Woolf con esa clarividencia extraordinaria dijo que iba a ocurrir: Habrá algún día en que no sea necesario esgrimir la lettre féminine. Habrá algún día en que no será necesaria ninguna caracterización de manifestación sexo genérica, así nomás, porque no tendrá ningún sentido esa ominosa diferencia que nos presenta como cuadro tan plurisecular el patriarcado. Habrá algún día, como dijo Virginia Woolf en que solo habrá androginia. Ahí vamos. Muchísimas gracias.