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El derecho a la Educación Superior interpelado. Encuadres pedagógicos y políticas de inclusión para pensar el día después de la pandemia

El viernes 12 de junio, en el marco de los talleres virtuales organizados por FEDUBA como parte de las actividades del PADOC, esta vez junto a CLACSO, se desarrolló la clase “El derecho a la Educación Superior interpelado. Encuadres pedagógicos y políticas de inclusión para pensar el día después de la pandemia”. La actividad fue transmitida a través de las redes de CLACSO y de FEDUBA. El panel contó con la participación de Graciela Morgade (subsecretaria de Participación y Democratización Educativa del Ministerio de Educación de la Nación y ex Decana de la Facultad de Filosofía y Letras UBA), Freddy Álvarez (Fundador y ex Rector de la Universidad Nacional de Educación de Ecuador y actualmente es profesor invitado en el Instituto De Educación Superior de la UNAM) y Damián Del Valle (Docente del PADOC y en la Universidad de las Artes).

Reflexionamos sobre el derecho a la educación superior desde una mirada latinoamericana en un momento en el que la pandemia golpea al mundo duramente amplificando procesos de exclusión que existen desde hace tiempo. Surgieron preocupaciones sobre lo que la continuidad pedagógica y la educación a distancia pueden dejar para nuestras universidades pero entendiendo que las respuestas se construirán en el encuentro y la articulación de los múltiples actores que entendemos que la universidad es un derecho humano.

La presentación estuvo a cargo Esther Levy y Pablo Molina Derteano, codirectores del PADOC quienes señalaron que desde el programa se busca brindar herramientas pedagógicas y didácticas para mejorar las prácticas de enseñanza en la universidad. Asimismo teniendo en cuenta la problemática que actualmente nos atraviesa, Nicolás Arata, Director de Formación y Producción Editorial de CLACSO, saludó la propuesta del posgrado que incluye en esta cohorte una revisión del uso de las TICs en el contexto educativo.

Graciela Morgade comenzó explicando el trabajo que desde el Ministerio de Educación se realiza para ampliar el acceso educativo de aquellos grupos más vulnerables. En relación con la pandemia hizo alusión a cómo la continuidad pedagógica durante aislamiento puso el foco en las desigualdades ya existentes y que tienen un carácter interseccional. Es decir, combinan género, etnia, clases, edades, etc. “El aislamiento lo están viviendo de forma diferente los diferentes grupos. La posibilidad de tener lugares en casa para estar estudiando, trabajando, cuidando personas mayores es muy desigual. Se habla de barrios vulnerables, no son vulnerables, están vulnerados sus derechos”, sintetizó. También expuso la sobrecarga que están sufriendo las mujeres y cuerpos feminizados al tener que asumir el trabajo doméstico, que es un hecho anterior a la pandemia, y que se relaciona con la docencia en tanto “en las universidades, los cargos de inicio en las cátedras, tienen una proporción importante de trabajo femenino”. Para concluir, instó a construir una mirada más solidaria desde las universidades con el resto del sistema educativo así como con la sociedad en la que están insertas.

Damián Del Valle encabezó su exposición planteando algunos interrogantes en relación al título de la charla y a cómo la pandemia nos obligó a pensar en el futuro de la educación superior, enmarcada como un derecho. Señaló que esta perspectiva tampoco formaba parte de la discusión aún antes de la aparición del Covid – 19. Si bien los gobiernos progresistas de la región crearon universidades y favorecieron el acceso a la educación superior de aquellos sectores postergados es notorio que la “lógica mercantil dirige gran parte de la educación superior de la región”. Es a partir de estas aseveraciones que Del Valle afirma que el derecho a la educación superior está siempre interpelado pero en esta coyuntura se evidencia la necesidad de emprender una reestructuración. En relación con la situación de nuestras universidades y si bien no se puede hablar de una respuesta unificada, rescató algunas tácticas que se utilizaron para compensar la suspensión de clases presenciales y sostener la continuidad del vínculo pedagógico mediante la educación a distancia. Al mismo tiempo, las herramientas a las que se recurrió para virtualizar las clases pertenecen a capitales trasnacionales, un hecho contradictorio que amerita una tarea reflexiva.

Freddy Álvarez comenzó relatando la fundación de la UNAE en Ecuador y cómo decidió dejar su cargo en esa universidad el año pasado cuando redujeron el presupuesto. “Las universidades siempre se construyen regionalmente en relaciones de poder. Hay una política muy importante en las universidades” agregó.  Describió a la educación a distancia como una prolongación del capitalismo digital para luego preguntarse por el significado del derecho a la educación superior para las propias instituciones. Para desarrollar este tema apeló a describir la situación de los pueblos indígenas en las universidades, que aunque sean gratuitas, no pueden concurrir a ellas ya que sufren agresiones. Es por eso que Álvarez alertó: “la educación tiene que ver con la construcción del mundo. Tenemos que defender el principio del derecho a la educación”. Retomando el tópico de la virtualidad en la educación, remarcó que la digitalización está en estrecha sintonía con el capitalismo financiero y los modos de consumo, alentando a seguir discutiendo lo establecido como nueva normalidad, más allá de los dispositivos y su accesibilidad.

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