Lxs jóvenes y, sobre todo lxs jóvenes pobres, son constantes víctimas de la violencia. El caso de Brian Gallo, y las fotos que circularon de él siendo presidente de mesa en las elecciones del domingo, son un ejemplo más de las prácticas discriminatorias que pibes como él viven día a día. Su gorra, su campera deportiva y su color de piel lo convierten en un pibe chorro. La implicancia práctica es la cancelación de sus derechos, ese día era que no podía cuidar, como cualquier ciudadano, la democracia. Pero el resto de los días, para otrxs Brian, también es no poder conseguir trabajo, no poder entrar a la universidad o ser perseguidxs por la policía.
Es un orgullo, como docentes de la Universidad de Buenos Aires, que nuestro compañero, el Presidente de Todxs, se haya reunido con él, que haya reconocido y visibilizado esa violencia. Así como el cuerpo de Brian carga con estigmas, Alberto Fernández puso su cuerpo para desarmar el discurso de odio. Porque la Argentina que tenemos que construir, es realmente con todxs.