Desde FEDUBA despedimos con profundo dolor a Horacio González, sociólogo, ensayista, docente universitario, escritor y ex director de la Biblioteca Nacional. Lo recordaremos siempre como un intelectual que afirmaba: «Recomendaría también preservar un gusto por el libro antiguo y por las teorías derrotadas. Ningún pensamiento crítico puede obviar esas lecturas. Porque la universidad está, en un sentido, para leer lo que nadie lee y, en otro, para leer lo que todos leen».
Se nos fue Horacio. Cuando en el 2015 ganó el macrismo y él dejó su cargo al frente de la Biblioteca Nacional, lxs delegadxs gremiales que lo despidieron en un acto sobre la explanada dijeron que saludaban al mejor de ellxs. No sólo había sido el mejor Director de aquella institución: había sido el mejor de lxs compañerxs y aun quien mejor interpretaba y defendía sus intereses. Y no porque desde su rol de funcionario cediera fácilmente a demandas sindicales. Era el mejor de lxs compañerxs porque su idea de una biblioteca nacional lxs incluía, lxs escuchaba tanto como les exigía aceptar el desafío de pensar y militar por una cultura emancipada. Creía en la ilustración popular. Él mismo encarnaba esa creencia. Nos deja una obra inmensa –probablemente la más importante de las ciencias sociales y el pensamiento nacional-, sus saberes de pasillo, sus pizarrones y un estilo de clases que era más bien un laberinto conversacional y algo pícaro, como el mismo Pueblo, el del himno, que tanto supo mentar y que sabemos lo desvelaba. Nos deja también su eterna preocupación como herencia y se lleva al cielo su sonrisa. La Universidad sabe que se fue el mejor de nosotrxs. Estamos destrozadxs por dentro. Pero su pensamiento ya es compromiso, memoria y programa de estudios. Hasta siempre Horacio querido.
Palabras del compañero Darío Capelli