A 204 años de su fundación, la Universidad de Buenos Aires comienza un nuevo cuatrimestre en una situación crítica. El ajuste impulsado por el gobierno de Javier Milei se traduce en un recorte del 22,5 % en las transferencias del Estado a las universidades nacionales durante los primeros cinco meses de 2025, en comparación con el mismo período de 2023, en un contexto de una inflación acumulada del 220% desde diciembre de 2023.
Este desfinanciamiento golpea especialmente a los salarios docentes, que se pulverizan mes a mes. El atraso de nuestro poder adquisitivo contra la inflación ya alcanza 91 puntos porcentuales, lo que equivale una pérdida del 42%: casi siete sueldos menos desde diciembre de 2023.
La semana pasada, la Cámara de Diputados dio media sanción a la Ley de Financiamiento Universitario, que permitiría revertir esta situación. Sin embargo, el Poder Ejecutivo ya anunció que la vetará por “atentar contra el equilibrio fiscal”, una bandera que utiliza como excusa para destruir derechos y debilitar instituciones.
La comunidad universitaria y la sociedad en su conjunto no vamos a retroceder, vamos a seguir defendiendo la universidad pública y su rol fundamental en el desarrollo nacional y en la construcción de una sociedad más justa. En este nuevo aniversario, reafirmamos que la UBA no puede sostener su excelencia sin presupuesto ni salarios dignos.
El futuro de la universidad pública no se negocia.