En este episodio de «Cenizas Quedan» se habló de la toma del frigorífico Lisandro de la Torre y de cómo expresó un conflicto que llevaba décadas gestándose: la disputa entre invernadores, criadores y frigoríficos en un escenario internacional que, tras la modernización europea, redujo drásticamente la compra de carne argentina.
En ese contexto, y mientras el gobierno de Arturo Frondizi aplicaba una política de austeridad alineada con las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), la huelga del 59 se convirtió en una defensa del trabajo, de la soberanía económica y de un modelo de país. Su legado, alimentado por la memoria popular y por las luchas que siguieron, sigue vigente en un presente donde reaparecen viejas recetas y persisten las disputas sobre el rumbo nacional.

