Entrevistas

Transferencia de tecnología y capacitación al servicio de la demanda social

Compartimos la entrevista realizada desde el programa “CONADU en el medio” al Ingeniero Oscar Galante a cargo de la Gerencia de Asistencia Tecnológica para la Demanda Social del Instituto Nacional de Tecnología Industrial y docente del “Programa de Actualización en Investigación, Transferencia y Desarrollo en el Campo de la Ciencias Sociales” desarrollado por esta gremial.

– Oscar, cuéntenos qué hace el INTI

– Nuestro Instituto Nacional de Tecnología Industrial es una de las instituciones científicas tecnológicas de lo que se ha dado en llamar el sistema nacional de innovación. Fundamentalmente hace investigación, desarrollo tecnológico, certificación, metrología, asistencia técnica, calidad, capacitación. Estas son algunas de las cosas que hace en distintos lugares. Imaginemos que la institución tiene cuarenta y cinco centros que van desde física, electricidad, construcciones, calzado, cuero, maderas, plásticos, embalajes, etc. Nosotros dependemos del Ministerio de Industria y el plan estratégico industrial 2020 habla fundamentalmente de industrializar la ruralidad y federalizar a su vez la industrialización.

– ¿No se pisan en funciones con el INTA?

– No, nos pisamos. El INTA históricamente estuvo, somos primos hermanos y somos parte del sistema nacional de innovaciones. Ellos más ligados a la parte agrícola, notros a la parte industrial. Pero en lo agroindustrial no es que nos pisamos, sino que nos complementamos. Para darles una idea, se acaba de presentar en distintas exposiciones una cosechadora de arrastre para pequeñas hectáreas que fue hecha entre el INTI y el INTA. Para dar una idea de las cosas que hacemos, tenemos cuarenta y cinco centros con sus respectivas expertises. Con la idea de federalizar la industria los centros fueron creados en zonas que no son el centro del país, como por ejemplo el Parque Tecnológico Miguelete donde tenemos nuestras instalaciones principales. El centro de microtecnología tiene la subsede principal en Bahía Blanca y el centro INTI petróleo en Comodoro Rivadavia.

– Son descentralizados…

– Se está intentando en estos últimos años. Se ha avanzado mucho en descentralizar y de federalizarlo, y a su vez industrializar la ruralidad, que quiere decir hacer cadena de valor en origen. Tratar de industrializar en el lugar donde se produce…

– Dejar de vender materia prima para empezar a poder producir con valor agregado que es lo que siempre se reclama, lo que nos da la posibilidad de generar más trabajo también para nuestra gente y sacar más provecho a la materia prima…

– En ese sentido también uno se podría preguntar qué hacemos desde la gerencia de asistencia tecnológica para la demanda social. Recordemos que el año pasado se dijo algo así como que el INTI abandonaba el trabajo en la base social y eso que se manifiesta es parte del país real y el país virtual que normalmente los medios nos proponen a veces. Esto se dijo a principios del año pasado, cuando había un conflicto laboral fuerte en la institución, pero el 23 de mayo del 2012 salió un decreto presidencial creando específicamente esta gerencia de asistencia tecnológica para la demanda social, y lo que hicimos es retomar y profundizar programas dispersos, superpuestos y solapados que existían pero que no se terminaban de concretar. Y para eso se armó esta gerencia en donde uno de los programas más importantes que tememos se llama ABC (Abastecimiento Básico Comunitario) que es sobre producción comunitaria de alimentos. Tratamos de hacerlo en todos los ámbitos del país. A través de este programa hemos hecho por ejemplo panificadoras, una de ellas en la comunidad wichi de Juárez, a 500 kilómetros de Formosa capital, casi en el límite con Salta. Es una comunidad aborigen en donde hemos avanzado haciendo la panificadora y en este momento está abasteciendo a 2500 compañeros de las comunidades de esa zona. Otra ha sido en el municipio de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, con una muy importante determinación del intendente que puso el lugar en una ex fábrica recuperada, ahí en Avellaneda, al lado de Villa Tranquila, y el INTI puso todas las capacidades, la asistencia técnica, en conjunto con el programa ENVÍON, de los chicos de la calle en provincia de Buenos Aires. Con la municipalidad de Avellaneda se trabajó fuertemente y empezaron haciendo 100 kilos de pan para la Villa Tranquila, en este momento están en 600 kilos. Son doce compañeros que se cooperativizaron, nosotros le ayudamos a armar la cooperativa, a darles el expertise específico en panificado y hoy están produciendo pan y facturas de mucha calidad y en gran cantidad para la zona de Villa Tranquila. También estamos trabajando con la CTEP (Confederación de Trabajadores de Economía Popular), con el cual avanzamos en hacer este tipo de panificadoras en el conurbano bonaerense. Asimismo, junto con la Universidad Nacional de Lanús estamos avanzando en desarrollar unas galletitas con hierro hemínico, que fortalece el sistema gastrointestinal de los niños. Seguimos trabajando en conjunto con el Ministerio de Ciencia y Tecnología y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación en el plan alimentario nacional junto al CERELA del CONICET, que es el Centro de Referencia de Lactobacilos, con asiento en Tucumán, con el cual avanzamos en desde el INTI en el diseño y desarrollo de las plantas lácteas que permiten armar lo que se denomina el “yogurito escolar” que es para defensa del tracto respiratorio y el tracto gastrointestinal de los niños entre dos y seis años. Es muy amplia esta parte de abastecimiento básico comunitario, que es uno de los cinco programas con que contamos en la gerencia.

– Es importante que estos trabajos, que son de corte comunitario, tengan este asesoramiento técnico para que se preserven también las condiciones de salubridad, y así poder comercializarlo en buenas condiciones.

– Esto es clave, porque no es que hay que hacer una tecnología para pobres, sino al revés, por ser para las comunidades y para los que más necesitan, hay que hacerlos con las máximas características, de calidad, de certificación y como corresponde. En ese sentido el INTI es fundamental ya que como ente certificador y de calidad del país, tiene todo el expertise para poder llevarlo adelante. Esto es uno de los programas, tenemos otro que tiene que ver con el trabajo con empresas a partir de la responsabilidad social empresaria. Estamos haciendo trabajos con dos grandes empresas: una es YPF, recientemente estatizada en 51%, recuperada para el país y para la Nación. Estamos trabajando con la fundación YPF en desarrollar este tipo de panificadoras, de cárnicos o de pescaderías para la producción comunitaria de alimentos. Fundamentalmente con YPF en las ciudades Cutral Có y Plaza Huincul y el anhelo cercano a lo que va a ser el polo de desarrollo del futuro consorcio Vaca Muerta. Con Loma Negra lo estamos planificando, para la primera ya la firmamos en dos días, que tiene que ver con el Alto, es una ciudad a dos horas y media de San Fernando del Valle de Catamarca, y otras acá en el conurbano bonaerense y otra en Zapala.

– ¿Qué es lo que aportan las empresas?

– El equipo, en general son las que indican el lugar, porque es donde las empresas tienen valorización de su producto. YPF fundamentalmente en Plaza Huincul y Cutral Có.

– Es con el objetivo de ayudar a la comunidad en donde están emplazados…

– Exactamente. En el Alto, porque Loma Negra tiene una planta ahí en el Alto, Catamarca, y otra acá en Cañuelas y otra en Zapala. Otro de los programas tiene que ver con la comercialización de la economía social, donde hemos armado un portal que se llama “Compremos lo nuestro”. En este momento estamos transfiriendo ese portal al Ministerio de Desarrollo Social de la nación y también hemos hecho diseño, logos, packaging para distintos emprendimientos sociales.

– Aquellos docentes, profesionales que desarrollan trabajo de extensión, trabajando con comunidades ¿cómo pueden comunicarse, acercar un proyecto, pedir ayuda?

– En este sentido, aquellos extensionistas tienen que saber que existe la posibilidad de llevar adelante distintos proyecto. Nos pueden contactar a través de la página web y ahí tienen todos los datos. Tenemos un correo electrónico que es demandasocial@inti.gob.ar y sino un teléfono 47246267. Sino pueden contactarse con diversos ministerios, nosotros trabajamos mucho en contacto con otros ministerios. Creemos en esa articulación de la institución.

– ¿Es fácil esa articulación?

No, fácil no es. Pero es importante y hay que hacerla, es necesaria. Nosotros hace más de seis años nos juntamos con Enrique Deive del Ministerio de Trabajo; con Pablo Narvaja del INET de la Escuela Técnica; con Rodolfo Gamez, de la Secretaría de Pymes del Ministerio de Industrias; con personas del Ministerio de Desarrollo Social. Por entonces yo estaba en el Ministerio de Ciencia y Tecnología y armamos una mesa de programas, donde interactuábamos al interior del Estado, porque sino hay veces que se solapan, se superponen instrumentos y a la gente no le llega. Entonces creemos en esa articulación desde las instituciones científicas tecnológicas y públicas del Estado nacional y de las Universidades Nacionales que permitan actuar en red, en forma asociativa con múltiples actores. Esta es la manera que tenemos de actuar. Por entonces generamos esto que era una especie de armada brancaleone en donde éramos muy conocidos entre nosotros, todos compañeros, militantes, con ganas de hacer esto en desarrollo de las comunidades y del desarrollo social de nuestras comunidades. En función de eso nos fuimos juntando y fuimos desarrollando estas cuestiones. También hemos desarrollado por ejemplo un programa, un proyecto de industrias culturales. Estamos trabajando con la Biblioteca Nacional, con la Secretaría de Cultura y la Dirección de Desarrollo Cultural, de la Subsecretaría de Cultura.

– Estos vínculos son interesantes porque por lo general se relaciona la tecnología con aparatos. Es interesante que también podamos decir que la tecnología se vincula con la cultura. También tienen proyectos vinculados al trabajo con cartoneros…

– Sí, en ese sentido trabajamos con organizaciones de la sociedad civil. Con la CETEC trabajamos mucho en el barrio Acuba de Lanús, con el comedor Maná de la Villa 21-24. Estamos desarrollando y diseñando junto con la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA un carro cartonero, autotransportado.

– ¿Cómo sería eso?

– Todos los vemos a los cartoneros, pero los vemos de afuera. Pero son compañeros que en poco tiempo tienen problemas físicos muy grandes. Llevan arriba de 150 kilos que lo trasladan con su cuerpo. Entonces, se está analizando la posibilidad de un pequeño carro autopropulsado. Se trabaja en las características que tiene que tener, por el tipo de calle donde tiene que transitar, por el diseño, por el costo, etc.

– ¿Quién lo produciría?

– Estamos trabajando en todos esos aspectos vinculados a este proyecto. Lo estamos haciendo en conjunto con los diseñadores, el INTI diseño, los diseñadores de la FADU, con el equipo de la CETEC, el MTD, el MTL. Nos involucramos en un proyecto de estas características porque estamos trabajando en otro de los programas que tenemos que es el GIPSU (Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos) que se refiere a cuestiones como compostaje, asistencia técnica, manuales, plantas demostrativas y trabajos con los municipios fundamentalmente. Otros de los programas con que cuenta la gerencia es el de ATP (Apoyo al Trabajo Popular). Este es un programa que brinda asistencia técnica y capacitación a más de mil organizaciones de la sociedad civil y con el cual tenemos todo una serie de cursos en todos los expertises que mencioné anteriormente y con cuadernillos a disposición del pueblo, para que puedan disponer de esta información para poder hacer desde cursos de carpintería, electricidad, producir alimentos, etc.

– ¿Estos cuadernillos se pueden encontrar en la página? ¿Se pueden descargar?

– Se pueden descargar y sino solicitar al INTI. Ahora estamos haciendo convenios con la CONABIP, la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares y lo hacemos a través de las asociaciones de la sociedad civil. Existe también un programa de gestión a proyectos productivos, buscamos resolver una cuestión como la de formular un proyecto, ya que muchas veces las asociaciones de la sociedad civil tienen la necesidad y la carencia pero no pueden armar la demanda.

– Esas organizaciones tienen como financiar los proyectos, pero no saben escribir el proyecto.

– Claro, porque hay muchos instrumentos de los distintos ministerios. Nosotros articulamos, con el Ministerio de Trabajo, Desarrollo Social, Industria y con el Ministerio de Ciencia y Tecnología que tienen un montón de instrumentos para financiar proyectos. Pero para eso hay que ayudarle a la sociedad civil a armar la demanda. Tenemos un equipo capacitado para la formulación y asistencia técnica y búsqueda financiera.

– También se meten en las cárceles…

– Nos metemos en las cárceles. Hemos hecho un muy buen acuerdo con el Servicio Penitenciario Federal y hemos avanzado en hacer cursos de capacitación en textil, en lácteos, en químico, en alimentos, en panificado y en producción de langostinos. Este último en Trelew y el de lácteos acá en Ezeiza 1 y 2. También trabajamos en Marcos Paz. En fin, con el Servicio Penitenciario Federal desarrollamos un buen acuerdo que nos permite desde el lado de esta institución científica tecnológica poder capacitar y asistirlo técnicamente en el desarrollo de estas cuestiones.

– Oscar, en este momento se encuentra participando del Programa de Posgrado en Innovación, Transferencia y Desarrollo en el campo de las Ciencias Sociales ¿qué objetivos se plantea en el marco de un programa de estas características?

– Lo que queremos es que los docentes, investigadores y estudiantes de las ciencias sociales del país tengan el cable a tierra, conectado profundamente con la sociedad civil a la cual se deben y por la cual reciben la educación pública, gratuita y laica a la cual tienen acceso, en función de trabajar en conjunto como decíamos, sabiendo que todos los actores y que los cientistas sociales de nuestro país lo puedan llevar adelante. Estamos haciendo una especialización en ciencias sociales de la UBA que tiende a eso. Quisiera agregar, también, que el INTI tiene un banco de soluciones tecnológicas con tecnologías maduras que están a disposición de las pymes y demás emprendedores, cuarenta y seis centros en el interior del país. Por último, resaltar que hicimos un convenio con el equipo argentino de antropología forense donde el INTI puso su análisis, su asistencia técnica sobre insumos que nos enviaron a partir de tambores con cuerpos que se encontraron en la isla de San Fernando. De esta manera, hemos colaborado en la investigación científica que hizo el equipo para encontrar a dos de los cuerpos que eran los compañeros cubanos que habían sido detenidos desaparecidos en el 76. Esto muestra que la ciencia y la tecnología también están al servicio de la sociedad en su conjunto, a partir de uno de los dramas nacionales ocurridos en función de la dictadura genocida del ‘76.

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