Sandra Torlucci (Rectora de la UNA), en el #UBAFEM del 2019, sostuvo que las mujeres tenemos que ocupar lugares para hacer las transformaciones que necesitamos. Contó lo difícil que fue que el CIN reconociera a la Red Interuniversitaria de Género y contra las Violencias y la necesidad de implementar la Ley Micaela. Habló de los protocolos contra las violencias y del censo en el que están trabajando para poner en agenda la cuestión de la paridad.
Siempre estamos hablando, según los rectores, no hacemos caso a los consensos que no sabemos cómo son porque nos enteramos después de votarlos, no estamos conformes con la distribución arbitraria y discrecional de los fondos universitarios y eso les parece una ruptura inútil. Les parece que no sabemos hacer política. Y es cierto. No sabemos hacer esa política. No la conocemos esa política. Por eso, me parece que es fundamental el grito del principio. Tenemos que insistir, insistir, insistir como Graciela, como Carolina, como las compañeras dentro los sindicatos para estar en los lugares en que ellos nos rechazan, nos sacan, nos expulsan, nos corren, nos aplastan. Tenemos que estar ahí. Cuesta muchísimo, pero tenemos que estar ahí. Y eso también es el Gabinete, el Nacional, el gabinete de la Provincia, el gabinete de la Ciudad de Buenos Aires. Tenemos que gritar por esos lugares. Son lugares fundamentales para poder hacer las transformaciones que necesitamos y que los varones no están dispuestos a hacer. El universal masculino no está dispuesto. Habrá alguno que sí, pero el universal no. Y el universal es más fuerte que cada uno de los hombres en particular. Cosa que no nos pasa. Nosotras podemos pelearnos contra el universal femenino. Y creo esa es la diferencia de la que nos tenemos que apropiar. Ya no es nuestro derecho, es nuestro de deber. Sobre todo las viejas – yo estoy en los 50 – tenemos esa obligación porque las jóvenes están ocupando lugares. Como decía Dora, están en presidencias, representaciones, representaciones gremiales, etc. Entonces nosotras tenemos que ocupar esos lugares como un deber, de manera obligatoria.
Para hablar de la red y lo que pudimos hacer. En el 2015 en la Universidad de San Martín se juntan representantes feministas de unas 20 universidades aproximadamente. En ese momento se constituye la Red Interuniversitaria De Género y Contra Las Violencias que recién en el año 2018 es reconocida por el CIN como una red institucional. Del 2015 al 2018 discutimos en las mesas chicas todas las veces que pudimos para que esa red fuera reconocida como una red del sistema universitario, una red oficial del CIN. Finalmente, en el año 2018, pudimos hacerlo y a partir de ahí, es decir, hace un año y un poquito nada más logramos que más del 50% de las universidades tengan aprobado su protocolo contra las violencias y por la igualdad. Ahora hay 9 más que se incorporaron por un programa que armamos en relación a la confección, la elaboración y el fortalecimiento de los protocolos y que logramos un financiamiento de la Secretaría de Políticas Universitarias que no puedo describir, que consiste en 250 mil pesos por universidad, para que se den una idea. Pero, de todas maneras, nos pareció que era un programa que se podía instituir y que en unos meses podríamos pretender renovar con otro sustancial presupuesto y no con este ínfimo presupuesto. Así y todo, ese presupuesto sirvió para que hubiera 9 universidades más que armaran su protocolo. Por lo cual, estamos cerca de las 36, 37 universidades que tenemos protocolo. Además, aprobamos en el ante último plenario la adhesión del CIN a la Ley Micaela. Esa ley ya tiene funcionamiento. Hay más 20 universidad que adhirieron, el CIN adhirió y a partir de ahí 20 universidades más adhirieron. Y muchas de ellas empezamos a trabajar con las capacitaciones. Ahora, les cuento una anécdota más del CIN. El CIN aprueba que adhiere y que por lo tanto también se capacitan autoridades del CIN y trabajadores del CIN. Pero no. Ahora entienden que los rectores no. O sea, que como los rectores no son autoridades del CIN, nos capacitaremos las rectoras que somos autoridades del CIN y los no docentes del CIN. Se rechazan como autoridades, solamente se niegan como autoridades cuando tienen que hacer la capacitación. Es increíble. Igual los vamos a obligar.
Después de lo de la Ley Micaela empezamos a trabajar en un censo. Hicimos varias clínicas de caso. Las redes del CIN están organizadas con representación de todos los CPRES de Argentina. O sea que, en la comisión, el comité ejecutivo de la RUGE hay una compañera por cada una de las regiones de la Argentina. Y a partir de esa organización trabajamos para lograr que se fortalezcan los CPRES que tienen menos experiencia. Porque no todos los CPRES tienen la experiencias del CPRES metropolitano. Esta facultad, Carolina contaba cómo estaba organizada la Facultad de Ciencias Sociales, mi universidad tiene trabajo de género y Filosofía y Letras un montón. Otras facultades, UNSAM y otras facultades y universidades de la Ciudad De Buenos Aires y el conurbano tienen una trayectoria de trabajo en relación a género y universidades; mientras algunas del interior del país no tienen ningún tipo de estructura, ni tampoco experiencia, grupos de investigación o lo que fuere en relación a temas de género. Por lo que los CPRES, esta organización, ayuda a que intercambiemos experiencias y trabajemos entre todas en relación a la clínica de casos, al análisis de los protocolos y algunas cuestiones más. Pero fundamentalmente recién ahora vamos a tener un censo básico de las universidades nacionales que nos va ayudar a entender de verdad, con números, con un universo prácticamente completo cómo es el mapa en relación a la cantidad mujeres, no solamente estudiantes, graduadas, docentes, no docentes sino también en qué cargos y qué dedicaciones, qué salarios y qué categorías estamos trabajando las mujeres en el universo. Porque sabemos que la mayoría de las estudiantes somos mujeres, la mayoría de graduadas somos mujeres, la mayoría de las docentes somos mujeres; no las autoridades. Pero también sabemos que la mayoría de los cargos exclusivos la tienen los varones, la mayoría titulares concursados son varones y por eso la mayoría de decanos y rectores son varones. El trabajo que estamos tratando de hacer desde la RUGE es una lectura clara con datos que pongan en agenda la cuestión de la paridad que es una cuestión que nos parece fundamental y que celebramos que esta universidad y por la Facultad de Filo se haya podido expedir y ojalá salga porque me parece que es un punto inicial muy importante que la Universidad de Buenos Aires consolide la paridad. Ojalá consolide la ciudadanía del claustro de no docentes.
La idea de la RUGE es que es una red abierta que tiene representantes oficiales de las universidades pero que siempre recibe en sus jornadas, clínicas de casos, etc. a todas las compañeras feministas que quieran participar. Nos sirve mucho escuchar, siempre las invitamos. Pero decirles que, desde la superestructura, ni de la RUGE, ni del sistema universitario, ni desde los cargos de autoridad podemos hacer mucho si no están todas ustedes trabajando en cada aula, cada pasillo, cada oficina para que reclamar que se cumplan esos protocolos, esas leyes, esas proclamas que son fáciles de aprobar a veces; pero no son a veces fáciles de cumplir, todo lo contrario, se hace muy difícil.
Agradecerles mucho por este tipo de actividades y saludar a todas las que están presentes. Gracias.