En este contexto de emergencia Efrain Benzaquen, médico sanitarista, Secretario General de Feduba Medicina y docente de la UBA recurre a una herramienta audiovisual para compartir sus reflexiones sobre la concepción de salud y cómo fue evolucionando a lo largo del tiempo. Con un objetivo pedagógico y a través de una herramienta que posibilita el acceso a una clase a distancia, Efrain Benzaquen dispara algunas preguntas en torno a la complejidad del término “Salud”.
Etimológicamente la palabra “Salud” proviene del concepto de salvarse de cualquier daño y al mismo tiempo alude a estar completo en el sentido integral. Por su parte, la definición de la Rae indica que se trata de un “estado en que el ser orgánico ejerce normalmente todas sus funciones”.
Estas descripciones resultan excluyentes de la mayoría de las personas y es por eso que la OMS en el año 1948 definió al término como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. De este modo, se logró asociar a lo psíquico y a lo social a la idea de salud, aunque se continuó equiparando bienestar a salud.
Benzaquen propone reemplazar aquel pensamiento que entiende al bienestar como sinónimo de salud y cuestionar si el hecho de sentirse bien en todos los contextos es equiparable a la salud. Desde esta perspectiva, nos alienta a problematizar el sistema de salud, la manicomisación y hasta el autoritarismo de la medicina. Es por eso que propone buscar una conceptualización de salud que no sea rígida y que parta de una capacidad de las personas y la comunidad para adaptarse a los desafíos físicos, mentales y sociales.
Por otro lado, es importante introducir a esta idea de salud como capacidad, el aspecto cultural e histórico. De este modo, la sexualidad puede ser abarcada como una cuestión relacionada a la salud así como un Derecho Humano.
La complejidad del término salud deviene de estar fuertemente atravesado por los procesos históricos sociales y por eso es dinámico y multidimensional. Comprende diferentes premisas tales como un estado anímico acorde a las circunstancias y la habilidad para adaptarse a los desafíos físicos, mentales y sociales. En esta conceptualización también interviene determinantes biológicos, psíquicos y sociales, tanto como los estilos, condiciones y modos de vida de todas las personas.
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