Repudiamos el ciberataque contra Karina Bidaseca y Lucía Nuñez Lodwick, docentes e investigadoras, en la presentación del artículo “Ilse Fuskova: cuerpo, estética y memoria cuir”.
Compartimos el comunicado que da cuenta de los hechos.
Expresamos nuestro repudio ante los dichos violentos y misóginos contra nuestras compañeras y trabajadoras de la ciencia y educación Karina Bidaseca y Lucía Nuñez Lodwick -docentes e investigadoras de CONICET/NuSUR-IDAES/UNSAM y del Grupo de Trabajo Epistemologías del Sur y Afrodescendencias y propuestas contrahegemónicas de CLACSO- y de las colegas presentes, en el marco de un evento científico en la presentación del artículo «Ilse Fusková. Cuerpo, estética y memoria cuir» publicado en la #RevistaLaManzanadelaDiscordia de #Univalle, Colombia en el día 24 de marzo de 2021. https://manzanadiscordia.univalle.edu.co/index.php/la_manzana_de_la_discordia/article/view/10080/13217.
Los comentarios violentos se dieron además en una fecha especial para la Argentina: 24 de marzo Día de la memoria, donde recordamos a lxs 30.400 compañerxs desaparecidxs durante el último golpe de estado. Justamente con éste artículo pretendemos contribuir a visibilizar las luchas y activismos de aquellxs sujetxs borradxs de las grandes narrativas de la historia heteronormativa. La apropiación de nombres de desaparecidxs por parte de los trolls para perpetrar esta violencia refuerza la gravedad de la situación.
El odio se está normalizando contra nosotras y nosotres en ciberataques referidos a mesas, paneles, presentaciones de libros sobre teoría feminista, cuir, que se acentuaron desde que la pandemia nos transformó en trabajadoras de la educación a distancia y todos los eventos académicos se volvieron virtuales. Si bien el contexto de lo virtual disloca los lugares, es preciso señalar que nuestros países de América Latina y Caribe están viviendo avances sostenidos de fascismo y grupos religiosos homolesbotransfóbicos desde estos últimos años que están tomando los foros públicos y las calles.
La expresión “ideología de género” -especialmente en Colombia aunque no sólo allí- se ha generalizado desde grupos conservadores, como mecanismo para estigmatizar los discursos y prácticas que problematizan las desigualdades históricas de género y que reivindican los derechos de las mujeres y disidencias. La “ideología de género”, trasciende el ámbito religioso, en su conexión con la política. Se convirtió en un modo de desactivar activismos y artivismos en flujos discursivos y redes de activismo conservador de escala global y regional en contra de los logros y conquistas de los derechos de mujeres, lesbianas, gays, bisexuales, travestis, trans, no binaries, entre otres.
La arena pública y las marchas de las derechas, los discursos de la «vida», sirve de soporte a un mundo en los que el autoritarismo del miedo pretende censurarnos, acallarnos y amedrentarnos. En Colombia entre otros, hay dos episodios que revelan el alcance y las estrategias del activismo religioso y político conservador a través del discurso de la “ideología de género”: las protestas contra el material pedagógico diseñado por el Ministerio de Educación para combatir la homofobia y transfobia en los colegios; y el triunfo del “No” en la refrendación popular del acuerdo de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc-EP.
En Brasil: 120 mujeres víctimas de ciberacoso por día. Se estima que el 1 por ciento de las violencias de género ocurren en Internet. 120 mujeres son agredidas y acosadas en línea por día. El tema ya ha merecido hasta estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y con justificación. De cada 10 mujeres que usan Internet, hay siete que siguen sufriendo por haber sido expuestas a alguna violencia en línea. Si cada dos segundos, de acuerdo con el reloj de la violencia del Instituto Maria da Penha, una mujer es víctima de violencia física o verbal en Brasil, es casi obvio para los expertos en discusiones de género que esa violencia se vive también en el mundo digital. “La Internet es la nueva calle”, dice la profesora de derecho de la Universidad Católica de Pernambuco (Unicap) y coordinadora del grupo Frida de Género y Diversidad, Carolina Ferraz. Para ella, “el espacio cibernético es nuestra casa, nuestro barrio. No si puede verlo lejos de nuestra realidad”. Y permite “la continuidad de la sistemática machista, por la cultura de la banalización de la violencia de género, que mira a la mujer como objeto”, dice la gerente de contenido de la ONG feminista Olga, Débora Torri.
El cyberataque que permanentemente vivimos desde la pandemia, en los zooms y otras diversas plataformas cuando debimos recluirnos por la situación de Aislamiento Social Preventivo o Cuarentena se está tornando normal y cotidiano.
No vamos a normalizar el odio ni las formas de violencia escondidas tras las pantallas, que sistemáticamente vulneran nuestras formas de expresión pública, lacerando la libertad de expresión, de circulación, y amedrentando la capacidad de movilizarnos en los últimos años.
El espacio virtual, al igual que todos los espacios de la vida social, está atravesados por la disputa de poder. Nosotras, cuerpas unidas y en lucha por derechos y libertad recibimos, también aquí, el azote de la violencia machista, racista y patriarcal. Organizados para acallar nuestras voces, olvidan nuestras historias de colaboración y resistencia. Nuestras voces y pensamientos circularán libres por las redes, llegarán hasta allí donde sean necesarios, a pesar de los intentos de amordazarnos con el miedo. Juntas somos potencia.
Aunque nos violenten, aunque nos quieran amedrentar, no volverán a silenciar nuestras voces, no nos callamos más.
La casa del amo no se desmantela con las herramientas del amo, nos enseñó Audre Lorde.
Firmá la declaración acá: https://bit.ly/2NW84Vv