Las declaraciones de Marcelo Villegas, ministro de trabajo de la entonces gobernadora María Eugenia Vidal, constituyen una muestra más del fascismo explícito que, cuando se los deja hablar, saben ostentar funcionarios y ex funcionarios de la alianza Juntos por el cambio.
Aunque el disciplinamiento de las organizaciones gremiales ha sido siempre el objetivo de los factores de poder, la reivindicación de la Gestapo para dirimir los conflictos entre capital y trabajo remite a los peores años de nuestra historia reciente y no puede pasar inadvertida. La prepotencia desplegada por la así denominada “nueva derecha”, cuyo reciente resultado electoral es por demás preocupante, ya anidaba en declaraciones de altos funcionarios bonaerenses a un año y medio de iniciada la gestión de gobierno. Es importante destacar que tales manifestaciones se tradujeron en acciones concretas: desde la intervención de sindicatos y seccionales hasta la persecución y el espionaje de sus dirigentes y familiares.
Tales expresiones no merecen otra cosa que el contundente repudio de todo el arco político, social y sindical. Desde Feduba llamamos a la reflexión, el respeto de la legalidad y la defensa permanente de los derechos humanos.