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El rol de las empresas estratégicas del Estado. Último encuentro del “Ciclo Soberanía científico-tecnológica y Geopolítica del conocimiento”

Ayer, con el Posgrado en Innovación y Transferencia para el Desarrollo (ITD) por comenzar en pocas semanas, se desarrolló el tercer y último encuentro del Ciclo Soberanía científico-tecnológica y Geopolítica del conocimiento. La actividad fue transmitida vía Zoom y el Facebook Live de FEDUBA y contó con un panel compuesto por Marta Lucia Tostes Vieira (Presidente de la Asociación Latino – Iberoamericana de la Gestión Tecnológica y de la Innovación. ALTEC), Eduardo Dvorkin (Presidente Y-TEC. YPF Tecnología) y Guillemo Rus (Vicepresidente del directorio de ARSAT)

Celeste Ratto (CONICET / UNRN) y Damián del Valle, uno de los directores del ITD, coordinaron la charla y señalaron la importancia de motorizar estos debates, que como se indica en el título del ciclo, están orientados a pensar la geopolítica desde la región. Asimismo, recordaron que continua abierta la inscripción para sexta cohorte del ITD, que teniendo en cuenta la problemática que actualmente nos atraviesa, se enfocará especialmente en una actualización sobre el estudio de los procesos de investigación, desarrollo e innovación en nuestras Universidades para vincularlos en particular con los desafíos que plantea la pandemia del COVID-19.

La introducción estuvo a cargo de muestro Secretario General, Federico Montero quien destacó cómo los objetivos del programa ITD que motivan a una reflexión en torno al uso social de la tecnología cobran una vital importancia en este contexto tan particular. Para referirse al eje temático de este encuentro se valió del ejemplo chino que demostró que “las empresas no solo surgen del emprendedurismo de garaje”. Para tales afirmaciones, Federico relató cómo la compañía Huawei, que hoy se encuentra en el centro de la disputa geopolítica comercial, fue una apuesta tecnológica por parte del Estado Chino. “Pese a que la ideología dominante nos hace creer que el rol del Estado no es importante, este ejemplo contradice tal afirmación” concluyó.

Continuó la Dra, Marta Lucía Tostes Viera, Presidenta de la Asociación Latino-Iberoamericana de Gestión Tecnológica (ALTEC) quien comenzó detallando el objetivo de la organización, que consisten en vincular personas e instituciones abocadas a la gestión tecnológica para realizar actividades de cooperación en dicha área. “Nuestro rol es difundir conocimiento en diversas temáticas y áreas de gestión tecnológica e innovación. Estamos haciendo un esfuerzo para hacer encuesta a empresas para verificar cuales son las estrategias para adaptarse al contexto”, agregó. Luego pasó a detallar la situación en Perú, donde las  empresas públicas individualmente no realizan investigación pero en conjunto hacen esfuerzos para desarrollar tecnología aplicada. Es a partir del FONABE, como corporación de 35 empresas públicas del Perú  que fue posible implementar el desarrollo tecnológico en esta región. El otro ejemplo que  ilustró su exposición fue el de los centros de innovación productiva y transferencia tecnológica (CITE). El objetivo de esta institución es el de impulsar el uso de nuevas tecnologías entre los productores, empresas, asociaciones, cooperativa, etc.  De esta manera se genera valor agregado en la producción y se cierran las brechas tecnológicas. “Sin duda son dinamizadores de ecosistemas de innovación a nivel nacional, pero en especial lo que hacen es extensión tecnológica. Es un modelo liderado por la demanda, y los procesos dependen de la identificación de necesidades y problemas específicos” afirmó.

Guillermo Rus como Vicepresidente de Arsat, la empresa del Estado Nacional que lanzó al espacio los satélites Arsat I y II, intervino compartiendo la historia de la creación de esta compañía. A partir de un proyecto de Ley del año 2006 se decidió que los satélites tenían que estar fabricados, logrando así que la banda ancha sea accesible a todo el país. También se favoreció a la televisión digital abierta (TDA) ya que se pasó a tener más de 30 señales donde antes solo había 5. Actualmente, Arsat es una empresa que emplea a más de 600 personas en todo el territorio del país y con una facturación de 100 millones al año, la mitad proveniente del servicio de satélites. Los últimos 4 años durante la gestión del gobierno de Mauricio Macri, se redujeron las inversiones, particularmente con lo relacionado a la televisión digital y se descontinuaron los proyecto. Pero este año, con la presidencia de Pablo Tognetti se pudo retomar el proyecto Arsat 3. Es decir que “si bien hubo retrocesos importantes, actualmente los proyectos se están re encausando y retomamos los asuntos pendientes”, aclaró. Retomando las ideas anunciadas al principio de la charla, Guillermo Rus, quien también es parte del comité académico del ITD, explicó como en los últimos años se instaló un discurso que decía que Arsat tenía que ser competitiva a nivel internacional, si bien está comprobado que en la industria espacial es falso que se pueda ser competitivo sin apoyo del Estado, solo con inversión del sector privado.

A su turno, Eduardo Dvorkin advirtió que la Argentina tiene la necesidad de aumentar el valor agregado de su producción y para eso hay tres caminos posibles. El primero, es la inversión extranjera directa que se desprende de una idea desarrollista y que genera perdida de divisas extranjeras porque “las grandes corporaciones deciden donde quieren dejar ganancias, si en Argentina o en paraíso fiscal”. Un segundo esquema sería la asociación extranjero argentina, donde el problema es que la empresa que maneja la tecnología es quien maneja el negocio. La tercera opción es el desarrollo tecnológico local promovido por el Estado, ya que se requiere de una inversión cuantiosa, de alto riesgo y de lento recupero. “El gran emprendedor es el Estado, no es el emprendedor de garaje” sintetizó. A pesar de que el discurso dominante afirme lo contrario, este esquema se aplica en todo el mundo y es el Estado el que siempre estuvo traccionando para favorecer la creación de  empresas que desarrollan y comercializan tecnología aplicada. Eduardo resumió: “El desarrollado tecnológico impulsado por el Estado es mundial, porque los riesgos de las inversiones son muy altas, aunque haya participación del sector privado, y por eso el Estado es el único capaz de sostener los costos”.

 

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