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Lucas López Asenjo en «Normativa Laboral, Dictadura y Resistencia; desde 1976 a nuestros días»

Lucas Asenjo (Pro-Secretario de Derechos  Humanos de APA, integrante de la Intersindical de Derechos Humanos y militante de H.I.J.O.S) compartió su historia personal como hijo del periodista desaparecido Jorge Asenjo y su perspectiva de la relación entre el sindicalismo y los Derechos Humanos. “A los 25 años mi familia se vio obligada a contarme que era hijo de un desaparecido. Esta confesión me produjo un gran alivio porque pude confirmar mis sospechas sobre mis orígenes y reconstruir mi identidad, sabiendo que mi viejo era un militante del PRT que desapareció mientras mi mamá estaba embarazada”, relató.

Recientemente Lucas declaró en el juicio por delitos de lesa humanidad en Neuquén donde fue desaparecido su padre. “Lamentablemente los genocidas estaban en un Zoom pero pude mostrarles la foto de mi papá y pedirles que me digan dónde está. De alguna manera esta situación fue reparadora“, afirmó.

Como testigo en el juicio de La Escuelita, Lucas no pudo aportar a la reconstrucción de los hechos pero pudo acusar a algunos de los responsables de los momentos que no tuvo con su padre, y que aquello fuese parte de la condena.

Adentrándose en la concordancia entre sindicalismo y derechos humanos, resaltó la importancia de aquellos espacios, como el que integra en la Asociación de Personal Aeronáutico, para recupera la historia de cada gremio y fortalecerlo. “Durante la dictadura militar fueron intervenidos los sindicatos, por lo que hay muy poco material de archivo para reconstruir la identidad de los trabajadores desaparecidos. Muchos delegados fueron expulsados de los sindicatos, quedando totalmente expuestos” aclaró.

Fue de gran ayuda la reparación de los legajos establecida por el decreto 1199/2012, que habilitó la inscripción de la condición de detenidx-desaparecidx como el motivo por el cual dejaron de presentarse a sus puestos laborales aquellxs trabajadorxs de la administración pública víctimas del terrorismo de Estado. “Puede parecer que es solo un papel pero es muy trascendente para las familias. Tener acceso al legajo de mi viejo me permitió conocer su firma y su huella digital” recordó.

Por otro lado, Lucas subrayó que el mejor curso de formación en derechos humanos es asistir a un juicio de lesa humanidad. Por eso es importante que los sindicatos participen en las audiencias, del mismo modo que los testimonios en primera persona ayudan a que la reconstrucción de la historia sea una realidad. Además, los sindicatos cuentan con la posibilidad de ser querellantes en una causa y a través del poder que le otorgan, contar con la fuerza de sus afiliadxs y ejercer cierta presión en los tribunales a favor de la justicia.

Es necesario revertir la imagen donde lxs sindicalistxs son corruptxs y están muy alejadxs de los derechos humanos. En base a esta perspectiva se creó la Intersindical de Derechos Humanos, como un espacio transversal que desde su confirmación, tiene entre sus objetivos, aportar elementos a las investigaciones para probar la complicidad entre las empresas y la última dictadura cívico militar, y conforma una conjunción del sindicalismo de las distintas corrientes con los organismos de derechos humanos.

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