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Clase abierta del ITD. Innovación tecnológica y desarrollo nacional

El viernes 24 de septiembre se desarrolló una nueva clase abierta del ITD a cargo de Fernando Peirano (Presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación) quien expresó como el sector nacional de ciencia y tecnología demostró durante la pandemia su capacidad para resolver problemas concretos en función de fortalecer un servicio y un derecho como la salud.

A partir de la pregunta por la definición de desarrollo, Peirano mencionó que este puede encontrarse cuando nos posicionamos en una agenda local y soberana sobre tecnología, nos planteamos nuevos bienes públicos, priorizamos la educación y la salud y nos ocupamos de accesos claves como la conectividad, además de darle un espacio de privilegio a lo territorial. “La pertinencia del desarrollo no se puede definir desde la distancia porque tiene un componente local. Al mismo tiempo que las políticas nacionales, por su misma definición son homogéneas y necesitan articularse desde Nación, provincia y municipio lo cual constituye un desafío” aseveró.

En el caso de nuestro país, contamos con una particularidad que se relaciona con el hecho de tener variados recursos naturales pero que no son suficientes para ser nuestra principal fuente de inserción. A la vez, el sistema productivo si bien se desarrolla en pocas provincias tiene capilaridad y una empresarialidad muy activa que ha resistido a las diferentes crisis. También existe una generación de conocimiento generado por las universidades y un sistema científico tecnológico prestigioso. A partir de estos tres vectores, entendidos como recursos naturales, producción y conocimiento, es que necesitamos construir un camino hacia el desarrollo a sabiendas que no será organizado por la dinámica del mercado. “Es imprescindible un Estado con mirada de largo plazo que articule estas tres piezas en tanto no hay restricciones en cuanto a recursos naturales, hay un punto de apoyo en la producción, industria y agro, y hay un sistema luminoso en materia de conocimiento asentado en las universidades y en las instituciones de ciencia y tecnología” sintetizó.

De este modo y en sintonía con los vectores para priorizar el desarrollo argentino, es fundamental priorizar la salud, la producción de alimentos, una producción verde que reduzca la contaminación, la transición energética a nuevas fuentes y por último la transición digital. Por esta vía se podrá ampliar la base de empresas nacionales que realizan actividades de investigación y desarrollo (I+D), que es lo que permite “correr” la frontera del conocimiento. “La escases de I+D nos cierra la oportunidad de un desarrollo inclusivo, uno de los factores virtuosos dentro de las reglas que el capitalismo impone” afirmó.

Para motivar el proceso de investigación en conocimientos científicos y técnicos con el objetivo de desarrollar tecnologías es necesario crear empresa de base tecnológica. En nuestro país la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación cuenta con registro de 200 empresas tecnológicas que ya sea en materia de financiamiento o facilitándoles conocimiento han sido apoyadas por el Estado Nacional. “Es necesario apoyar a nuestra matriz productiva más creativa y con mayor valor agregado, y aprovechar el cambio generacional en la industria para introducir nuevos modelos de trabajo y desarrollo” mencionó.

Por ello, la promoción excede el financiamiento y es imprescindible que sea acompañada mediante un seguimiento cercano para que pueda generar grandes transformaciones. Dicha afirmación pudo ser demostrada durante la pandemia, cuando en marzo de 2020 se definió el desafío de proveer desde la ciencia dispositivos y soluciones así como conocimiento asociado a la prevención, al diagnostico, al tratamiento y al monitoreo del Covid-19. “Estos cuatro ítems conformaron los elementos ordenadores de una convocatoria especial lanzada el 20 de marzo del año pasado que recibió más de 900 proyectos, de los cuales quedaron seleccionados 84. A partir de una evaluación enfocada en la perspectiva problema solución y un acompañamiento administrativo técnico surgieron los test rápidos de diagnóstico” explicó. En ese sentido, la pandemia encontró a lxs investigadorxs soprendidxs pero no desorientadxs, y en solo 60 días y con el apoyo de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación se logró calibrar los test para detectar el Covid – 19. Del mismo modo, se desarrollaron el suero equino y los barbijos del Conicet demostrando como el encuentro entre conocimiento y producción dan lugar a la innovación.

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