En esta clase del programa ITD, Manuel Marí (Investigador independiente, Argentina) se aboca a definir a la prospectiva en relación al actual contexto y los llamados de atención que advirtieron sobre el eventual desarrollo de la pandemia.
Los orígenes de la prospectiva se apoyan en las ideas sobre el futuro, que nace con la necesidad de pronosticar las tecnologías de uso armamentístico. Sin embargo, ante los problemas que el neoliberalismo y la globalización acarrearon, aparece una nueva visión de la prospectiva alejada de la idea de pronóstico y basada en la visualización de las posibilidades que pueden presentarse en el futuro y los factores fundamentales que pueden conformarlo.
Asumiendo que no es una predicción sino que se trata de identificar “las fuerzas impulsoras del futuro”, la prospectiva empieza a emerger como una herramienta para encontrar las opciones más favorables. A raíz del informe del año 2012 “El futuro que queremos”, presentado al entonces presidente de los Estados Unidos Bill Clinton, comenzó a jerarquizarse nuevamente la prospectiva como instrumento de planificación estratégica.
Por su parte Argentina ha sido pionera en la región en el desarrollo de estudios prospectivos a partir de proyecto Bariloche que demostró que los límites son sociopolíticos y proyectó una imagen de sociedad más igualitaria. Desde ese entonces fueron esporádicas las ocasiones en que se han desarrollado estudios de prospectiva. Sin embargo, en mayo del año 2020 el programa “Argentina Futura” presentó “El futuro después del Covid-19”, un libro digital donde más de 30 intelectuales reflexionaron sobre la pandemia que aun azota al mundo y la orientación de los cambios a que puede dar lugar en la sociedad y su cultura, la economía y la política.
Es necesario resaltar los interrogantes que surgieron sobre el rumbo de las posibles direcciones futuras ante la coyuntura que provocó la pandemia, que podría considerarse un “cisne negro”. De este modo, a mediados de octubre el año pasado, el Proyecto Millennium publicó un informe sobre los posibles escenarios de la pandemia del Covid-19: uno de ellos pesimista, llamado “Depresión, la soberbia y los desacuerdos” y un escenario favorable donde se desplegaron las estrategias necesarias y hubo una coordinación de esfuerzo entre los Estados.
Asimismo, si bien la palabra de lxs expertxs es fundamental en los ejercicios de prospectiva, la participación de la sociedad civil es muy importante para una reflexión sobre el futuro. No obstante la prospectiva se inició como tecnológica, pronto derivó a otros campos tales como los problemas ambientales, y se esparció en el ámbito académico. “La premisa de la prospectiva moderna es que no hay un futuro predeterminado, sino muchos futuros posibles. El conocimiento de dichas posibilidades es lo que mejor nos ayudará a prestar atención a lo que el futuro nos puede traer y a encontrar la senda hacia un futuro más favorable” concluyó Manuel Marí.